26 de ago. de 2012

Voto Obrigatório.




A cidadania implica em direitos políticos, seja participação política ativa ou passiva, elegendo ou sendo eleito. Este conceito é constitucional, desde a revolução francesa, e da carta dos EUA. A estadunidense foi mais longe a cada homem vinculou um voto. Os franceses e o resto do mundo tardou um bocado mais, e a paridade só foi conquistada no âmbito de muita luta, na França revolucionária só votavam os proprietários, e sendo machos, se preferirem não femininos. Chego a identificar a falácia da democracia, mas a prefiro aos outros sistemas. Aqui o voto é duplamente obrigatório, seja normatizado na carta de 1988 e na própria definição do conceito de cidadania. Quem não tem direitos políticos, não é cidadão, nem lhe cabe a obrigatoriedade legal. Cidadão vota ou é votado. Mas vejo uma terceira obrigatoriedade, esta deve vir do fato de o humano ser essencialmente “Animal Politico”. Pode-se discutir as formas, direta, indireta, pois a não participação política importa no mais absoluto esvaziamento humano. Dado que os outros animais, também têm seus líderes, mas o processo de escolha é nada dialogado. Se ausentar do processo político é se aproximar dos outros animais, ainda que em detrimento deles, digo eu, antes que o digam.
Entretanto, se alguma voz se levanta contra a obrigatoriedade do voto, mais das vezes, não fala ´só por si'. Carrega sempre uma esperança absurda, de, sendo um que sabe votar, a não obrigatoriedade levaria  àqueles que 'não sabem'  a não o fazerem, aumentando assim a porcentagem dos votos “mais lúcidos”. Seria leviano adjetivar tal pensamento. Ele existe sem pressupostos. Lendo o caderno Especial do jornal A Cidade: Eleições 2012, onde há uma pesquisa detalhada da escolaridade do eleitor ribeirão-pretano, concluo, que mesmo se o escrutínio fosse como já foi na Inglaterra – ou ainda é – onde o eleitor com 'nível' superior vale por dois, ainda assim a diferença permanece abissal. No mais, se não se tratar desse mero 'prejuízo' descarado, a multa por não votar é insignificante, e além dela não trazer sequelas ou contraindicações.    

24 de ago. de 2012

Dia do Leitor. Dia de Borges.


A Argentina estabeleceu dia 24 de agosto como o dia do leitor, dia do nascimento de J.L.Borges.
De
Siete Noches.

LAS MIL Y UNA NOCHES
SEÑORAS, SEÑORES:
Un acontecimiento capital de la historia de las naciones occidentales es el descubrimiento
del Oriente. Sería más exacto hablar de una conciencia del Oriente, continua, comparable a la
presencia de Persia en la historia griega. Además de esa conciencia del Oriente —algo vasto,
inmóvil, magnifico, incomprensible— hay altos momentos y voy a enumerar algunos. Lo que me
parece conveniente, si queremos entrar en este tema que yo quiero tanto, que he querido desde la
infancia, el tema del Libro de Las mil y una noches, o, como se llamó en la versión inglesa —la
primera que leí— The Arabian Nights: Noches árabes. No sin misterio también, aunque el título es
menos bello que el de Libro de Las mil y una noches.
Voy a enumerar algunos hechos: los nueve libros de Herodoto y en ellos la revelación de
Egipto, el lejano Egipto. Digo “el lejano” porque el espacio se mide por el tiempo y las
navegaciones eran azarosas. Para los griegos, el mundo egipcio era mayor, y lo sentían misterioso.
Examinaremos después las palabras Oriente y Occidente) que no podemos definir y que son
verdaderas. Pasa con ellas lo que decía San Agustín que pasa con el tiempo: “¿Qué es el tiempo? Si
no me lo preguntan, lo sé; si me lo preguntan, lo ignoro”. ¿Qué son el Oriente y el Occidente? Si me
lo preguntan, lo ignoro. Busquemos una aproximación.
Veamos los encuentros, las guerras y las campañas de Alejandro. Alejandro, que conquista
la Persia, que conquista la India y que muere finalmente en Babilonia, según se sabe. Fue éste el
primer vasto encuentro con el Oriente, un encuentro que afectó tanto a Alejandro, que dejó de ser
griego y se hizo parcialmente persa. Los persas, ahora lo han incorporado a su historia. A
Alejandro, que dormía con la Ilíada y con la espada debajo de la almohada. Volveremos a él más
adelante, pero ya que mencionamos el nombre de Alejandro, quiero referirles una leyenda que, bien
lo sé, será de interés para ustedes.
Alejandro no muere en Babilonia a los treinta y tres años. Se aparta de un ejército y vaga por
desiertos y selvas y luego ve una claridad. Esa claridad es la de una fogata.
La rodean guerreros de tez amarilla y ojos oblicuos. No lo conocen, lo acogen. Como
esencialmente es un soldado, participa de batallas en una geografía del todo ignorada por él. Es un
soldado: no \e importan las causas y está listo a morir. Pasan los años, él se ha olvidado de tantas
cosas y llega un día en que se paga a la tropa y entre las monedas hay una que lo inquieta. La tiene
en la palma de la mano y dice: “Eres un hombre viejo; esta es la medalla que hice acuñar para la
victoria de Arbela cuando yo era Alejandro de Macedonia.” Recobra en ese momento su pasado y
vuelve a ser un mercenario tártaro o chino o lo que fuere.
Esta memorable invención pertenece al poeta inglés Robert Graves. A Alejandro le había
sido predicho el dominio del Oriente y el Occidente. En los países del Islam se lo celebra aún bajo
el nombre de Alejandro Bicorne, porque dispone de los dos cuernos del Oriente y del Occidente.
Veamos otro ejemplo de ese largo diálogo entre el Oriente y el Occidente, ese diálogo no
pocas veces trágico. Pensamos en el joven Virgilio que está palpando una seda estampada, de un
país remoto. El país de los chinos, del cual él sólo sabe que es lejano y pacífico, muy numeroso, que
abarca los últimos confines del Oriente. Virgilio recordará esa seda en las Geórgicas, esa seda
inconsútil, con imágenes de templos, emperadores, ríos, puentes, lagos distintos de los que conocía.
J o r g e L u i s B o r g e s S i e t e n o c h e s
2 2
Otra revelación del Oriente es la de aquel libro admirable, la Historia natural de Plinio. Ahí
se habla de los chinos y se menciona a Bactriana, Persia, se habla de la India, del rey Poro. Hay un
verso de Juvenal, que yo habré leído hará más de cuarenta años y que, de pronto, me viene a la
memoria. Para hablar de un lugar lejano, Juvenal dice: “Ultra Aurora et Ganges”, “más allá de la
aurora y del Ganges”. En esas cuatro palabras está el Oriente para nosotros. Quién sabe si Juvenal
lo sintió como lo sentimos nosotros. Creo que sí. Siempre el Oriente habrá ejercido fascinación
sobre los hombres del Occidente.
Prosigamos con la historia y llegaremos a un curioso regalo. Posiblemente no ocurrió nunca.
Se trata también de una leyenda. Harun al-Raschid, Aarón el Ortodoxo, envía a su colega
Carlomagno un elefante. Acaso era imposible enviar un elefante desde Bagdad hasta Francia, pero
eso no importa. Nada nos cuesta creer en ese elefante. Ese elefante es un monstruo. Recordemos
que la palabra monstruo no significa algo horrible. Lope de Vega fue llamado “Monstruo de la
Naturaleza” por Cervantes. Ese elefante tiene que haber sido algo muy extraño para los francos y
para el rey germánico Carlomagno. (Es triste pensar que Carlomagno no pudo haber leído la
Chanson de Roland, ya que hablaría algún dialecto germánico.)
Le envían un elefante y esa palabra, “elefante”, nos recuerda que Roland hace sonar el
“olifán”, la trompeta de marfil que se llamó así, precisamente, porque procede del colmillo del
elefante. Y ya que estamos hablando de etimologías, recordemos que la palabra española “alfil”
significa “el elefante” en árabe y tiene el mismo origen que “marfil”. En piezas de ajedrez orientales
yo he visto un elefante con un castillo y un hombrecito. Esa pieza no era la torre, como podría
pensarse por el castillo, sino el alfil, el elefante.
En las Cruzadas los guerreros vuelven y traen memorias: traen memorias de leones, por
ejemplo. Tenemos el famoso cruzado Richard of the Lion-Heart, Ricardo Corazón de León. El león
que ingresa en la heráldica es un animal del Oriente. Esta lista no puede ser infinita, pero
recordemos a Marco Polo, cuyo libro es una revelación del Oriente (durante mucho tiempo fue la
mayor revelación), aquel libro que dictó a un compañero de cárcel, después de una batalla en que
los venec

23 de ago. de 2012

Globalização ! O Desapego.


O novíssimo sujeito.
Impacto avassalador dos processos econômicos globais, incluindo processo de produção, consumo, comércio, fluxo de capital e interdependência financeira.
Surgimento de instituições multinacionais transnacionais, cujas decisões moldam e limitam as decisões politicas dos Estados Nações. Impossível pensar o governo brasileiro se se deixar de lado as pressões de tais instituições, vide Banco Mundial, G7, G20, FMI etc.
Ascensão do neoliberalismo, como discurso politico dominante. Aonde a ideia é: trabalhar-se mais, produzir-se mais, com a menor forma de controle e gastos sociais.
Surgimento de novas formas culturais, de meios e tecnologias de comunicação globais que moldam as relações de afiliação, identidade e relação entre as pessoas.
Resultando que:
600 empresas multinacionais controlam 25% da economia mundial. Ainda 86% do comércio mundial.
O dinheiro dos 447 bilionários mundiais é equivalente a renda da metade mais pobre da população mundial. 2.800.000 de pessoas.
A concentração de capital desde 1994 mais que dobrou. A consequência desta apropriação de capital, começa a aparecer em mudanças nas relações de produção, que enfraquecem e minam a capacidade das nações mais antigas e das emergentes de determinarem seu modo de ser ou controlar seu ritmo de desenvolvimento.
Estas corporações interferem na política, na cultura tanto global, quanto local, tudo na busca de consumidores. Tendo como consequência o “super” acúmulo de capital. Isso, indistintamente, tem gerado um desapego às relações pessoais, lugares, geografias, tradições étnicas, religiosas, políticas e da própria história pessoal.
A identidade do sujeito globalizado é marcada pela presença da lógica do consumo. O que desenraíza o sujeito de si mesmo, pois aquilo que se consumia ainda agora, é prontamente substituído por outro 'produto', gerando novas formas de identidades a serem consumidas.
Nada mais natural que a desintegração das identidades nacionais.
Tudo isso tem contribuído para surgimento de um novo modelo de identidade que é o: ENXAME, o enxame se junta, zune e logo desaparece. Deste modo há os “Enxames” ligados aos variados estilos de música, ao sexo, à defesa animal, ambiente etc. Seguem o modelo da moda de consumo e se repetem nos 'movimentos' sociais.
Subjaz a criação de um sujeito 'ideal' para o consumo, por meio do controle e regulação da vida privada. Um sujeito cosmopolita, capaz de conviver com a diversidade e dela usufruir suas características tais: alimentação, música, seus estilos e linguagem. Para tanto esse sujeito não deve se incomodar com o estranho, estrangeiro e não se apegar em nada, a não ser no desapego.





Política: O velho do Restelo.




Assim começa a fala da personagem de Camões:
- "Ó glória de mandar! Ó vã cobiça
Desta vaidade, a quem chamamos Fama! … segue atirando suas visões. Tinha alguma razão, mas descabidas, um humanista nascente e conservador. Me lembrei disso ao ver um candidato a prefeito de nossa cidade falando pela TV. Na verdade é um bricabraque, uma colagem da memória, que juntou essa a outra imagem da adolescência. Trabalhava como oficce-boy na Caprichosa Modas e quando o JM da JMG Leal às vezes me convidava a acompanhá-lo à Única para um café. Lá me deparava com todos os tipos da cidade. Muitas personagens, escritores, jornalistas, corretores, vendedores de bilhete e vendedores de toda sorte, até os que vendiam o que não entregariam, e mesmo os de bilhete premiado. Já naquele 'então' aparecia um jovem de “boa” verve, mais alta que boa, com a indumentária mascada que ainda traz, pisando a São Sebastião, baixando pela General, zanzando pela Duque, como um profeta sem bastão e sem Canudos. Ribeirão lhe deu tribuna donde diz nos momentos mansos: vou ilustrar esse povo.     

21 de ago. de 2012

Sonhos.

Freud disse que a meta da terapia era fazer consciente o inconsciente. Verdadeiramente fez deste postulado o núcleo do seu trabalho como teórico. E mais, definiu o inconsciente como algo muito desagradável. Para ilustrar isto, imagino o seguinte: um caldeirão de desejos estabelecidos, um poço sem fundo de desejos incestuosos e perversos, um leito de experiências aterradoras que ainda podem surgir, emergir à consciência, o que francamente não é que se deseja ter “consciente”.
Todo o trabalho de Jung foi destinado a exploração do 'espaço interno'. Se lançou a essa árdua tarefa com os pressupostos da teoria freudiana, que lhe precediam; o mais tinha um conhecimento inesgotável sobre mitologia, religião e filosofia. Mas era mesmo  versado no simbolismo de tradições místicas como o gnosticismo, alquimia, cabala e tradições paralelas do hinduísmo e budismo. Se há uma pessoa que tenha um sentido do inconsciente e seus hábitos como capaz de expressar-se só de forma simbólica, este é Jung.
Jung sonhava. Sonhava com uma capacidade de sonhar lúcida. Mas sonhava também ilusões ocasionais. No outono de 1913 sonhou, ou teve uma visão, uma inundação monstruosa, que engolia toda Europa. Estas águas chegavam na barras das minissaias brancas que vestiam as montanhas do velho Alpe suíço. Eram milhares de pessoas afogando-se e a cidade tremendo. Logo as águas desse dilúvio se transformam em sangue. E seguiu sonhando semanas a fio, então surgiram sonhos de invernos eternos e rios de sangue. Supôs-se psicótico. Mas logo e no mesmo ano começou a Primeira Guerra, Jung então começou a acreditar que de alguma maneira existia uma conexão entre ele – como indivíduo – e a humanidade que então não podia explicá-la ou ela se explicar. Então meteu-se num processo de auto exploração – doloroso – que viria a formar as bases de sua teoria, ou da futura teoria.
Cuidadosamente começou a anotar seus sonhos, fantasias e visões. Os desenhou, pintou e esculpiu. Deu-se com que suas experiências soíam tomar formas humanas. Começa por um velho sábio e seu acompanhante, uma pequena menina. O velho sábio evoluiu, por vários sonhos, até um tipo de guru espiritual. A menina se converte em “anima”, a alma feminina, que servia como vaso comunicante – medium – entre o homem e os aspectos mais profundos do seu inconsciente.
Um duende marrom couro apareceu como zelador da entrada ao inconsciente. Era “a Sombra”, uma companhia primitiva do Eu de Jung. Jung sonhou que tanto ele como o duende, haviam assassinado a preciosa menina loira, a que chamou então de Siegfred. Para ele, esta cena representava uma precaução com respeito aos perigos do trabalho dirigido somente em função da glória e o heroísmo que prontamente causaria uma grande dor sobre toda Europa, do mesmo modo acerca dos perigos de algumas tendencias da empresa heroica freudiana.
Jung sonhou também com questões relacionada com a morte, com o território dos mortos e o renascimento deles. Para Jung, isto representava o inconsciente mesmo, não o inconsciente miúdo que Freud fez grande demais, mas um novo, o inconsciente coletivo da humanidade. Um inconsciente que podia conter todas as mortes, não só os nossos fantasmas pessoais. Ele começou a considerar que os enfermos mentais estavam possuídos por estes fantasmas. Pelo simples fato de recapturar nossas mitologias, entenderíamos estes fantasmas, nos sentiríamos cômodos com a morte e assim superaríamos nossas patologias mentais.
Seus críticos sugeriram que Jung estava enfermo, por esta ocasião. Mas Jung cria que se queremos entender a floresta, não podemos nos contentar com passear pelos seus arredores. Devemos entrar nela, não nos importando quão estranha ou aterradora possa ser.
Sinto uma certa atração por essa história do inconsciente coletivo. Como se fosse uma herança psiquica, um reservatório de nossa experiência como espécie, um tipo de conhecimento com o que todos nacemos e compartilhamos, mas sem nunca ser consciente dele. Mas que a partir dele, se estabelece influências em nossa experiências e comportamentos, em especial as emocionais, mas sempre de modo indireto, inconsciente.
Gosto muito dos arquétipos junguianos principalmente da Sombra.
A Sombra parece derivar desse passado pré-humano, animal, quando certas preocupações se limitam a sobreviver e a reproduzir, de quando não éramos conscientes como sujeitos. É o lado escuro do Eu. Nossa parte “negativa” ou mesmo diabólica. Me chama atenção sua amoralidade, como os animais, nem bons nem maus. Mas que desde uma perspectiva humana pode parecer brutal quando um animal é um assassino implacável por comida. Mas temos isso na Sombra, que é a lata do lixo não degradável que carregamos, mas não aceitamos, admitimos.
Assim que se sonhar que está lutando com um adversário muito poderoso, pode ser que seja você mesmo.
Gosto ainda do principio de entropia, que é a tendência, para Jung, dos opostos se atrairem, com o fim de diminuir a quantidade de energia do sistema ao longo da vida. Jung tirou isso da físico-química, onde a entropia é a tendencia que têm os sistemas físico-químicos de solaparem-se.     

20 de ago. de 2012

A Eternidade é tempo fermentado.

Como o pão é farinha, a eternidade é tempo fermentado temperada com os desacordos humanos. Jamais li Platão, que dizia que o tempo é a imagem móvel da eternidade. Isso não quer ser, nem parecer mais que: a eternidade passou por aqui e não vimos. Passou e não a reconhecemos, porque estava em movimento, e para reconhecê-la também devemos saber do tempo, não o tempo confundido com o movimento. Mas para saber do tempo, como queria Virgílio na Eneida, que tampouco li. Dizia Virgílio, tão grande quanto Homero, que para conceituar o tempo havemos de conhecer previamente a eternidade. É fácil notar que de tanto querer fazer seu Enéas tão grande quanto Ulisses, fora Virgílio somatizando as espertezas do astuto grego.
Temos o mal gosto de achar que o tempo vem do passado e vai para o futuro. É tão verdadeiro dizer o contrário, ou uma terceira. Todas prováveis e não verificáveis. Isso é Borges puro, sem óculos escuros, por não ocultar-se à cegueira, sem bengalas, manco e tateante.
Se pensarmos em Newton: Newton não vê maçã cair, sente a maçã na cabeça. A maçã na cabeça é passado, tanto quanto maçã 'por cair' implica no futuro: cairá. A questão é que ninguém vê a maçã cair, a vê 'por cair', ou como Newton a sente maçã caída. O que se quer causar aqui é a supressão do presente. Filosofias e  filósofos de terras de Ghandi, que o consideram inapreensível, o presente. Caetano o elevou – o tempo – à categoria dos deuses, ou o reentronizou, tirando dos homens a capacidade de produzir o próprio destino, roendo o osso do presente.
Ultimamente ouço alegações, que honestamente, estas sim, fazem total sentido se usar a locução: são inapreensíveis. Tais ditos dizem respeito a relação do tempo matemático com o tempo biológico, e aqui entra o supremo desacordo humano; o somar-se o tempo sacro. Isso tudo por ocasião do horário de verão.
Uma das questões que teve cara de gente séria, por ocasião da teoria da relatividade, foi a sincronia entre o tempo individual e o tempo esse: da matemática; milésimos,centésimos, décimos de e segundos.
 A coisa se punha assim: se o tempo é um processo mental, como se pode acertar os relógios entre indivíduos?
No horário de verão a eternidade é adiantada ou diminuída em uma hora pelo Estado, e todos padecemos, porque somente os humanos seguimos as orientações do Estado, a eternidade está se lixando para o Estado. O descompasso criado pelo Estado em nome da economia, nos faz  viver fora de fase, supondo haver fases na eternidade. Já vimos ser impossível apartar o tempo da eternidade como a farinha fermentada do pão. Mas deve-se salientar que nenhum dos conceitos, vistos aqui: Platão, a anagênese de Enéias à Dido, mesmo recurso de Homero, e do cinema de Hollywood – o flashback – entre tantos não são exatamente a somatória do passado, presente e futuro. Não. A eternidade é mais singela, mágica e espetacular, por se tratar da simultaneidade do tempo, ou se queremos da simultaneidade do passado, do presente e do futuro. 
Assim a eternidade abraça todas as coisas, e todas as coisas se silenciam nessa felicidade de ser tudo ao mesmo tempo e eternamente.
Essa apoteose, essa unanimidade já foi dita fervorosamente assim: "Toda coisa no céu inteligível, também é céu, onde a terra é céu, os animais são céu, as plantas, os machos e o mar. Tudo tem por espetáculo o mundo que não foi gerado. Cada um se mede nos outros. Não havendo coisa que não seja diáfana – que sendo compacta, não deixa passar a luz – nada é impenetrável, nada é opaco e a luz encontra a luz. Tudo está em todas as partes e tudo é o todo. Cada coisa é todas as coisas. É sol é todas as estrelas, e todas as estrelas é cada estrela e o sol. Ninguém caminha ali como se fosse uma terra estrangeira".
Parece maravilhoso, entretanto é puro terror em forma de museu. Estático se é museu. Mas pode-se ir mais longe: "Homens maravilhados pelo mundo – sua capacidade, sua formosura, a ordem de seu movimento continuo, os deuses manifestos ou invisíveis a quem se recorre, os demônios, arvores e animais -  elevem o pensamento a essa realidade, de a que tudo isso é uma copia. Pois na verdadeira eternidade verão as formas inteligíveis, não com eternidade emprestada, mas eterna, verão ali também a seu capitão, a Inteligencia pura, a Sabedoria inalcançável e a idade genuína do Cronos, cujo nome é a Plenitude. Todas as coisas imortais estão nele, cada intelecto, cada deus e cada alma. Todos os lugares lhe estarão presentes. Aonde vais? Diz o dito. A que provar mudanças ou vícios desnecessárias no principio deste estado se os ganhou depois numa só eternidade, as coisas são suas, essa eternidade que o tempo remeda ao girar em torno da alma, sempre desertor de um passado, sempre cobiçando um porvir"
Isto é um museu, petrificado. Não sei se o ideou Platão, com certeza não. Mas é a eternidade povoada de ideias, imutáveis. Plotino é mais pesadelo que visão, é menor que nossa realidade, para nós a realidade, a última realidade, nos informa o Boson de Higgs, a partícula de deus, mas ontem mesmo eram os elétrons girando entorno ao núcleo, solitário até os confins do cosmo. Deborah Secco é feita de Debora Secco, não gorduras saudáveis ou princípios nitrogenados, por mais que lhe acrescentem abstrações no Projac, de outra forma, os indivíduos são da especies da qual participam e os incluem e são sua realidade permanente, as tristezas no por do sol, essa antiga conexão com o crepúsculo, a preguiça do amanhecer, as alegrias no meio da tarde, o desconhecimento da morte, as recordações etc. Tudo isso nos adverte a permitir o primado da espécie e perfeita nulidade dos indivíduos.


19 de ago. de 2012

Produção: a Obra de Arte.


A produção individual é uma abstração, e se os homens são sociais desde os gametas, o produto individual é uma contradição nos termos. A produção do indivíduo é produto produzido pelo indivíduo dentro da sociedade, mas não só, também dependente dela, pois mesmo qualquer palavra carrega consigo camadas sobrepostas de significação conseguidas ao longo da história do homem, mesmo antes da fala, da escrita.   ( a cima e a direita, obra de Ruy Marques, Projeto Manhatan, e abaixo Keskece de Cleido Vasconcelos)

O produto para ser produto deve ser consumido. O açúcar não é doce se não degustado. Assim a produção se dá no consumo e o consumo também se dá na produção. A produção de açúcar consome da terra seus nutrientes, consome do homem as forças vitais, consome a energia das máquinas, o acido clorídrico para branquear-se etc. Alem do açúcar o consumo produz o homem, altera o corpo do homem mentre o produz, e altera o corpo do homem que o consome enquanto produto. 
Sem o produto não há consumo, assim que o produto inventa o consumo, inventando consumidor, transformando-o. A produção pode-se dizer é imediatamente consumo, e é válido para qualquer produção e qualquer consumo, e soma-se que sem produção não há consumo e sem consumo não há produção, posto que se houvesse produto sem consumo, se trataria de trivialidade inútil. Então sem necessidade não há produção, mas a produção gera a necessidade, o mais reproduz a necessidade. Deste modo a produção possibilita o encontro do objeto e a necessidade, e o modo de consumo, pois uma coisa é comer com as mãos, outra a trocar talhares, educa, molda o consumidor. Comunidades primitivas consomem produtos primários, de modo primitivo, porque a produção continua primitiva e tosca. O mesmo se dá com as obras de arte, estes objetos criam um público capaz de fruir dela, criam um modo de consumo, criam um consumidor de obras de arte. Ao mesmo tempo que como qualquer outra produção, interfere no produtor dos objetos artísticos, o artista. O artista sofre a ação, se consome, ao produzir a obra de arte, essa ação produz a obra e o artista, e por fim a obra de arte educa o seu consumidor final, transforma-o, gerando nele a necessidade de consumir arte, objetivando a criação, a produção artística. Da mesma forma que não há produto sem consumo, não há obra de arte sem fruição.